sábado, 23 de septiembre de 2017

Muerte en el acto

Se celebraba una reunión del departamento de Marketing y Red de Ventas del laboratorio Sideta en el Parador Nacional de Sigüenza (Guadalajara). Allí nos habíamos dado cita más de un centenar de personas y, fuera de las horas dedicadas a las sesiones de trabajo, matábamos el tiempo jugando al pin pon, al billar, o contando chistes en el bar.

En estas que me encontraba de pie, en medio de la sala de juegos, cuando la pelota de pin pon impulsada por uno de los jugadores impactó contra mi cabeza. Es evidente que una pelota de pin pon no puede causar ningún daño, sin embargo en ese mismo instante mi reacción fue la de darme por muerto y caí desplomado quedando inerte en el suelo ante el estupor de todos los presentes que no sabían si reír por mi gracia o preocuparse por si de verdad me había pasado algo.

Se acercaron corriendo a mi para tratar de reanimarme y entonces sí que di rienda suelta a mis carcajadas para alivio de los compañeros.

No hay comentarios: