sábado, 30 de marzo de 2013

Poesía, oración y perdón


El ser humano está lleno de imperfecciones; así es como lo ha hechos Dios precisamente para que a través de la vida (según unos) o de las sucesivas vidas (según otros) se vaya perfeccionando.
Decía el Papa Francisco que “Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón” y esas palabras trajeron a mi memoria una poesía que escribí hace ya muchos años y que, leyéndola ahora de nuevo, me doy cuenta de la estrecha relación que existe entre la poesía y la oración, y cómo a través de la poesía se puede, por tanto, alcanzar una y otra vez el perdón.
Aquí la tenéis. No encuentro otra forma mejor de decirle adiós a esta Semana Santa:

A MI CONSCIENCIA CÓSMICA

Eres mi guardián, mi compañero
y mi amigo.
“Musa” te llamé años atrás
y “Ángel de la Guarda”
te bautizaron ellos.

He hablado contigo,
confiado mis secretos,
recibido tus consejos
...mas no siempre obedecido.
A veces te olvidé un tiempo,
dejando mi alma –dormida-
llenarse de negativo.

He sido, como en todo,
un ser de ráfagas, de vaivenes,
de “venas” que decía;
tomando interés por todo
y sin permanecer en ello
más allá de un breve inicio.

Jamás he sido constante,
sólo –y acaso-
en volver una y otra vez
a reconocer mi deseo de mejora,
mi deseo de ser –otra vez-
tu amigo.
Esta es una de ellas,
lo reconozco, lo digo,
y no me avergüenzo,
lo digo,
porque es mejor el perdón
-aunque sea repetido-
que la pereza perenne,
la apatía, el desencanto,
el ser frío.

Tengo el corazón caliente, que palpita,
que grita, que está vivo,
que se rebela y lucha contra la rutina,
contra la lluvia de materia que
-día tras día- nos impregna los sentidos.

No me importa haber fallado,
haberme alejado –otra vez- del camino,
si al final lo reconozco y, en un esfuerzo,
doy a mi vida el giro deseado,
arrepentido.

Y a veces pienso que aunque tampoco este cambio
sea al fin definitivo
y vuelva a separarme del objetivo marcado,
a mancharme de materia como tantos,
al menos tendré la esperanza
de volver,
de cambiar,
de enmendar mi vida hacia el espíritu.

Quiero ser libre y por ello
necesito ser tu amigo
como antes, como siempre,
como sinceramente te llamo
a través de la esencia
de estos signos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa poesía, y no digamos su contenido. En realidad parece escrita hoy, pues son unos temas que no pasan de moda. Seguro que si la leyera el Papa Francisco (si tuviera tiempo para ello) le gustaría mucho.
MC

Ana dijo...

Si, te hace reflexionar.