martes, 1 de junio de 2010

¿Pueblo soberano? Soberanamente tonto

En esta ocasión quiero compartir el artículo de opinión (al menos la parte general) de José Mª Pino, editor del diario digital sanitario “Redacción médica”. Aclarar, eso sí, que el titular de arriba es mío, el suyo es más políticamente correcto:

Rolex o setas
Por José María Pino

Yo soy de la opinión, aunque sé que políticamente es incorrecta, o mejor dicho, estoy en contra del dicho y redicho ampliamente soportado de que “el pueblo es soberano e inteligente”. Mi postura es que en la democracia actualmente es cierto que la ciudadanía es soberana, pero es igual de cierto que puede llegar a ser, o incluso ser tonta, muy tonta o hasta tontísima, por tanto muy manejable y máxime por y a través de las grandes cadenas televisivas; la reina, Tele 5.

Ejemplos para defender mi tesis hay muchos: Jesús Gil llega a presidente del Atlético de Madrid y posteriormente a alcalde de Marbella simplemente por ser conocido, la gente con Felipe González cambia el voto de “NO” rotundo a la OTAN al “SÍ” categórico en tan sólo tres meses de presión mediática. Muy reciente, Tele 5 ha conseguido que un personaje auténticamente deleznable llegue a ser la nueva faraona, Belén Esteban, que por cierto casi se carga al Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid por cuestionar su adecuada maternidad.

Esteban se ha presentado a un concurso de baile y aun siendo la peor e indigna, semana tras semana, ha resultado ganadora porque el público que es soberano lo ha decidido. Volvemos al principio, el pueblo, que como dijimos anteriormente puede llegar a ser tonto, aquí lo ha conseguido y no se ha dado cuenta de que es un concurso de baile y la votan “porque la quieren”; pues no, querido pueblo, aquí no se vota cariño, se vota baile, es decir, venimos a por setas o a por rolex.

Esta barbarie y demostración de poder de Tele 5 también demuestra que el pueblo no sabe lo que vota o lo que decide, pues casi siempre se basa en el “cariño” y esto es extrapolable a la clase política dirigente, que incluye la sanidad y muchas veces a las instituciones o profesionales, lo cual sí que es intolerable. No se vota, es decir, no se mantiene en los puestos de responsabilidad al más brillante (al que mejor baila), sino al más afín o más amigo (al que más quiero) sin tapujos, cortapisas y con un mínimo de respeto; de igual forma, no se cesa al malo (peor baila), sino al que muestra actitudes no políticamente correctas. En este ámbito también hay muchos ejemplos...

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