domingo, 23 de noviembre de 2014

Un aprendiz de espía pone en jaque al Gobierno

Hoy no se habla de otra cosa en España más que del “Pequeño Nicolás”, el joven de 20 años que ha dado la cara ante los medios de comunicación para contar su verdad, una verdad muy incómoda para el partido del Gobierno y para las altas instancias del Estado.

La versión que querían darnos de él ha caído por su propio peso. Ningún niño de 20 años puede colarse en la coronación del rey, ni mantener contactos con altos cargos, comer con ministros e incluso estar en el balcón de la sede del PP la noche en que ganó las elecciones.

Por consiguiente cobra fuerza su versión: un aprendiz de espía (él se definía como “colaborador” aunque en un momento de la entrevista se le escapó la definición que en el CNI se da a estos colaboradores: “Charlie”). Tanto el CNI, como Gobierno y Zarzuela lo utilizaron para realizar gestiones del más alto nivel, pero cuando al pequeño Nicolás le propusieron desde el CNI acciones “alegales” se negó y lo puso en conocimiento de sus superiores. Unos días después era detenido e incomunicado, mientras se divulgaban noticias falsas para presentarlo ante la opinión pública como un simple “friki impostor”. Por cierto, para su detención se utilizaron seis coches de “Asuntos internos”... vamos ni para los terroristas más peligrosos se despliega tal dispositivo.

Ahora la pregunta sólo es una: ¿Qué sabía el pequeño Nicolás? Él afirma –muy prudente- que sólo lo dirá al Juez y que tiene pruebas a buen recaudo “por si le pasara algo”.

A los demás sólo nos queda esperar por si se va descubriendo algo más de las “cloacas del Estado”. Quien venga a gobernar después tiene un ímprobo trabajo y tendrá que protegerse de la mierda más que los trabajadores sanitarios que atienden a pacientes con ébola.

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