sábado, 4 de octubre de 2014

El gusto nos engaña

También el gusto nos engaña. 
Por ejemplo: ¿has tomado alguna vez un helado con sabor a vainilla?
Pues te aseguro que no. 
¿Cómo que no? 
Muy sencillo: la vainilla no es un sabor sino un olor, pero nuestros sentidos nos engañan y nos hacen percibirlo como un sabor.

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