sábado, 2 de junio de 2012

Seis palabras.- 6: Continuidad


Y para terminar me gustaría hablar de la sexta palabra: continuidad. Reconozco que la mayoría de las personas –afortunadamente- tiene grandes ideas, que muchas de ellas presentan grandes proyectos, que algunas consiguen plasmarlos en brillantes iniciativas... pero resulta que muy pocas personas son capaces de “mantener” estas iniciativas, de darles la continuidad necesaria. En mi dilatada trayectoria por el mundo empresarial, he asistido a múltiples presentaciones, a espectaculares power points, a la puesta de largo de excelentes proyectos. Sin embargo cuando al cabo de unos meses volvía a revisarlos ¿qué me encontraba?: el letargo. Tras un brillante arranque (y una vez los autores se habían colgado en su pechera las correspondientes medallas) los artífices de aquella flamante idea se dedicaron a otras cosas y el proyecto se quedó sólo en una fachada, en un arranque al que no se supo o no se pudo dar continuidad.

Cuando uno se plantea un proyecto, hay que ser honestos y plantear igualmente qué es lo que se necesita para mantenerlo, no sólo para ponerlo en marcha. Como esto no se hace y sólo se habla de la parte bonita, resulta que luego no hay presupuesto o no hay recursos humanos, o –simplemente- no estaba previsto que fuera tan complicado su mantenimiento.

Por ello, el reto, el verdadero reto en el campo de la comunicación, no es sólo presentar iniciativas y ponerlas en marcha; el verdadero reto es darles continuidad. Porque resulta que una brillante iniciativa que ha captado con agrado la atención de nuestro público, se volverá en nuestra contra si ese mismo público, pasado un tiempo, comprueba que se han frustrado sus expectativas y que todo aquello que prometíamos ha quedado en nada, en algo paralizado, en algo que pudo ser y no fue.

Fijaros en la importancia de esto: el hecho de no plantear al inicio cuáles van a ser las necesidades reales de recursos y presupuesto para que dicha idea o iniciativa se mantenga viva en el tiempo, hace que esa iniciativa (con el esfuerzo y presupuesto de su arranque incluido) se convierta en algo negativo que afecta directamente a nuestra credibilidad, esto es, un torpedo en la línea de flotación de cualquier empresa, de cualquier organización y de cualquier persona: la credibilidad.

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